Esta semana se estrenó en Netflix «El caos perfecto», el documental de 4 capítulos que recorre la vida de Neymar Jr. Allí, el crack brasileño recuerda su infancia de carencias pero también permite conocer la intimidad del mundo de fama y dinero que le abrió el fútbol, una etapa de su vida en la que combinó grandes alegrías deportivas pero también cachetazos muy dolorosos, convirtiéndolo en foco de críticas de manera constante tanto en su país como en Francia, donde se desempeña en el Paris Saint Germain.
El ex Santos aparece, por ejemplo, en una fiesta de cumpleaños junto a su familia, llevándole un regalo a su hijo o a bordo del helicóptero de la firma que maneja su imagen. Y en ese «caos perfecto» que es el mundo Neymar (de allí el nombre de la docuserie) de repente se expone una fuerte discusión con su padre y representante, llena de reproches y confesiones.
Todos hablan de Ney pero el primer futbolista que aparece en escena por fuera del brasileño es Lionel Messi, que llena de elogios a su amigo. Su sociedad futbolística nació en 2013, cuando el nacido en San Pablo arribó al Barcelona, y fue en el vestuario culé donde una charla con Leo fue trascendental para esa primera experiencia europea, uniéndolo para siempre con el argentino.
En el comienzo de su etapa en el fútbol español, el juego explosivo y vertiginoso pero individualista de Neymar tardaba en cuajar dentro de lo que era la escuela del Barça. Y muchos empezaron a preguntarse si el brasileño podía llegar a integrarse a un combinado, por entonces dirigido por Gerardo Martino, que reunía no solo a Messi sino también a Iniesta, Xavi, Busquets y compañía, artífices de uno de los mejores equipos de la historia.
«Recuerdo mucho que en un partido con el Bilbao estaba llorando en el vestuario…», comienza relatando Ney sobre un encuentro puntual en el que tocó fondo a nivel emocional y que terminó marcando un antes y un después en su historia.
El que apareció para rescatarlo fue Messi, nada menos. «Llegué al vestuario y lo vi con la cabeza gacha… De repente me di cuenta de que estaba llorando y me sorprendió verlo así», recuerda Leo, mostrando su faceta de líder.
«Messi apareció, se acercó a mí y me preguntó por qué estaba llorando. Le dije en mi español muy básico que no era capaz de jugar, que no podía ser yo mismo», agrega Ney, que en ese entonces era un chiquilín de 21 años.
«Traté de consolarlo y tranquilizarlo para que se soltase y que no pensara más allá de jugar al fútbol, porque no era fácil su situación, por todo lo que se hablaba, por lo que generó, por todo lo que había hecho en el Santos, Tenía un peso encima bastante grande que no le permitía soltarse del todo», describió Messi.
Y Neymar aportó: «Messi me dijo que no me preocupara, que estaba ahí para ayudarme, que solo siguiera adelante. Ese apoyo era lo que realmente necesitaba ese día. Ese fue un momento decisivo… Empecé a sentirme más aliviado».
«Yo nunca le enseñé nada, simplemente creo que fue creciendo y mejorando como es normal cuando uno va creciendo con la experiencia, con la edad, con los partidos…», cerró Messi, con una sonrisa.
El video con Messi
Tras ese bajón ante Bilbao y la charla con Messi se vio lo mejor de Neymar en Barcelona. Muy rápido llegaron los títulos y la consagración en la Champions League 2015, con ese tridente ofensivo llamado MSN, que integraban junto al uruguayo Luis Suárez.
Los tres sudamericanos se entendían a la perfección dentro y fuera de la cancha. Y así lo demostró Neymar en su serie de Netflix, revelando un video de su celular en el que aparece junto a sus colegas bailando «cachaçados», según asegura él mismo, en referencia a la bebida alcohólica cachaça, muy popular en Brasil.
«Este video es genial», bromea Neymar en una de las entrevistas que brinda durante el documental.
«Mira a Messi, bailando… Nunca nadie había visto a Messi bailando así, jaja… Éramos Suárez, Messi y yo, los tres… cachaçados, jaja», cuenta Ney.