Ridículo del Barça ante un Bayern que le metió un 2-8
El FC Barcelona ha sufrido la peor derrota de su historia, en cualquier competición. El Bayern le endosó un 2-8 que ya es leyenda de la Champions y que acaba con el proyecto culé.
El inicio del partido fue frenético. Tras una buena jugada de Sergi Roberto que culminó en un pase a Luis Suárez sobre el punto de penalti, que Boateng despejó, el Bayern hizo el 0-1 en su primera llegada. Thomas Müller, que se convertía en el alemán de más partidos en Champions (113) en este partido, convirtió la primera llegada alemana en el primer gol del encuentro. Era el minuto 3, y al Barça se le complicaba… pero la fortuna les sonrió.
Alaba intentó despejar un buen centro de Jordi Alba… con tan mala suerte para él (y buena para el rival) que se convirtió en una parábola perfecta a la escuadra ante la que no pudo llegar Neuer. Minuto 7 de partido y ya había dos goles marcados. Y aún en la siguiente jugada, el Barça mandó un disparo al palo.
En un partido de ida y vuelta constante, el Bayern volvió a adelantarse tras aprovechar otro fallo atrás del Barça. Sergi Roberto perdió el balón en una cesión relativamente sencilla, y Gnabry recibió la pelota para plantarse ante Ter Stegen y fusilarle. Instantes antes, Messi había probado a Neuer con un disparo que paró sin problemas el cancerbero alemán.
Con 1-2 en el marcador antes de la media hora, el hambre del Bayern no se sació… ni los clamorosos errores de la zaga del Barça. Lenglet y Piqué vieron cómo Gnabry cedía a Perisic para hacer el 1-3… y a continuación, el 1-4, de nuevo Müller. El ridículo del Barça pintaba a histórico, y aún no había llegado a la media hora… ni había aparecido Lewandowski. Los blaugrana casi agradecieron irse al descanso.
Setién rectificó su decisión inicial y sacó a Antoine Griezmann por Sergi Roberto para la segunda mitad de partido, pero el problema no estaba ahí. O no sólo ahí. De hecho, el Bayern volvió a batir a Ter Stegen pero el árbitro anuló el gol por fuera de juego. La defensa del Barça aún estaba intentando reaccionar cuando Skomina pitó.
El Barça no se rindió. Luis Suárez tiró de garra y con una gran jugada personal, recorte incluido, para hacer el 2-4 (primer gol fuera de casa en Champions en cinco años), pero la inercia les duró lo justo. Davies se sacó una jugada personal por su banda de las que se repiten una y otra vez, y después de dejar tirado a Semedo, cedió a Kimmich para que hiciese el 2-5.
El antológico baño del Bayern, de los que cambian una era, aún pudo ser más. Coman, nada más salir, rozó el 2-6 y la solución de Setién fue quitar a Busquets para meter a Ansu Fati.
La fiesta no estaba completa si no aparecía Lewandowski, y el polaco (previa revisión del VAR por posible fuera de juego) hizo el 2-6 para poner el broche y el penúltimo clavo al futuro de Setién como entrenador.
No fue el último: ese honor, con sabor a venganza, fue de Philippe Coutinho, el futbolista al que el Barça mandó a Alemania, hizo un doblete para cerrar la derrota más fuerte de la historia del conjunto culé.