Ciertos hábitos al conducir pueden provocar gastos innecesarios de gasolina. Sobre todo, en estas épocas de Navidad y de fin de año, cuando el tráfico se encuentra en cada trayecto. Estos son algunos consejos que puedes practicar para ahorrar tu gasolina todo el tiempo.
- No aceleres sino es necesario. A veces puedes caer en el error de pensar que si presionas el acelerador varias veces el motor se va a calentar previo a tu marcha y tendrás una mejor estabilidad en tu destino, cuando es todo lo contrario, porque gastas tu gasolina cada vez que aceleras. Mecánicos recomiendan que es preferible mantener encendido tu vehículo para que este tenga la temperatura requerida y así ahorrar el combustible.
- Apaga el motor de tu vehículo de vez en cuando. El sistema de re-arranque automático forma parte del equipamiento de la mayoría de los coches de gama media, por lo que es accesible para utilizarlo. La ventaja es que te permite apagar el motor de tu vehículo el tiempo que tu lo necesites, evitando así el consumo de carburante durante este periodo.
- Aprovecha la inercia. Conduce tranquilamente y considera jugar con la inercia de tu vehículo. Y es que muchos conductores continúan presionando el acelerador hasta que llegan al semáforo y una vez cerca frenan con brusquedad, afectando de esta manera la gasolina. Cuando lo recomendable es, que, si estás seguro de que vas a tener que detenerte en el semáforo, suelta el acelerador y deja que el coche pierda velocidad por sí solo de manera natural. De esta manera no gastarás combustible.
- Realiza un buen mantenimiento. Si deseas ahorrar combustible, el motor de tu vehículo tiene que permanecer en un estado óptimo, así como los sistemas y componentes que te rodean. Por eso, es importante que chequees junto a tu mecánico de confianza los filtros, lubricantes, líquidos y demás elementos de tu coche para que puedas ahorrar el consumo de tu gasolina.
- Cuida los neumáticos de tu vehículo. Recuerda que todo el trabajo que realiza el motor de tu coche se transmite a las llantas de este, por lo que deben estar en buen estado. De lo contrario, la irregularidad en su estructura o un exceso o defecto de presión, además de ser un peligro para conducir, generan un trabajo adicional al propulsor, lo que hace gasta más combustible de lo normal.
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