El IPSFA es presunto propietario de unos terrenos que limitan con la residencial “Garden Hills”, en Nuevo Cuscatlán, los que la institución castrense quiere vender a 48 familias por $900,000.
Garden Hills es un tranquilo vecindario de Nuevo Cuscatlán que fue construido por una empresa guatemalteca. El proyecto fue iniciado por 25 familias pero poco a poco las viviendas han sido ocupadas y hasta el momento ya son casi 50 las habitadas, y aún quedan otras.
La tranquilidad de la comunidad, sin embargo, se ha visto amenazada por los reclamos del gerente general del IPSFA, coronel René Antonio Díaz Argueta, quien alega que algunos de esos terrenos son aún propiedad de la institución castrense, aunque se refiere a estos como “mis terrenos”, e incluso ha sido enérgico al decir que si siguen reclamando ahí “correrá sangre”.
El coronel se refiere a unos terrenos colindantes con los que compró el exdiputado del FMLN Sigfrido Reyes, donde construyó varias casas en un hecho que levantó sospechas y que son parte de las investigaciones por enriquecimiento ilícito que se le sigue al farabundista.
Según moradores de Garden Hills, el IPSFA, bajo las órdenes de Díaz Argueta, mandó a destruir parte de la entrada de la residencial, que es un área verde con un rótulo que da la bienvenida a los visitantes. Dicho lote —según el coronel— es propiedad del IPSFA aunque estos no han mostrado la documentación legal cuando ha sido requerida. “No tengo por qué enseñar documentos”, ha dicho en repetidas ocasiones el burócrata y militar.
Pese a que la medida afecta directamente a los moradores, el militar no hizo las consultas pertinentes y contrató a la empresa HidroTec para que perforara un pozo de monitoreo que al parecer fue ordenado por el Ministerio de Medio Ambiente. El pozo medirá la cantidad de agua que cae en la zona, información que será de utilidad para el MARN.
Ante los reclamos de los habitantes, por afectar el entorno visual, el gerente general del Instituto de Previsión de los militres, se enfureció con los residentes y colérico amenazó diciendo que él puede hacer lo que quiera porque esos son sus terrenos y que si seguían reclamando las escrituras ahí “iba a correr sangre” porque él llevaría a los soldados, según denunciaron vecinos.
Por su parte, el ingeniero encargado de la perforación, Luis Palomo, manifestó que él pudo haber cavado el pozo en otro lugar, no precisamente en ese, justo a la entrada, donde estaba el rótulo, pero que le habían contratado para hacerlo ahí. También dijo que él propuso otra opción para no dañar el paisaje, pero sus indicaciones ya estaban dadas.
Coronel pide casi un millón de dólares
Otro de los lotes que según el coronel son propiedad del IPSFA es el de la casa club donde hay una piscina y un área verde, además del lobby para recibir a los visitantes. Esta área está construida sobre un terreno que, según el militar, no pertenece a los propietarios de las casas.
“Yo estoy claro que soy dueño de mi casa y no quiero quitarle nada al IPSFA, pero el coronel encargado debería tener otro trato hacia el vecindario y por lo menos mostrar los documentos que dice tener para que nos podamos poner de acuerdo”, dijo uno de los afectados.
La alcaldía de Nuevo Cuscatlán, en tanto, no ha querido mediar en el conflicto y le tiran la pelota al IPSFA, donde se hacen los bravucones, tal como han denunciado los quejosos.
Miembros de la directiva de la residencial dijeron que Díaz Argueta pide $900,000 por los lotes del IPSFA, que incluyen la casa club que quedó como parte del proyecto cuando compraron las casas, y algunas zonas verdes.
La comunidad ha acordado contratar servicios de abogados para dar la batalla legal y solucionar de manera pacífica las dudas sobre los límites y definir responsabilidades de los terrenos en disputa.
Se intentó hablar con el coronel Díaz Argueta pero no fue posible obtener su respuesta pese a varias llamadas.
Información tomada de Diario El Salvador Times.