El Gobierno del Presidente Nayib Bukele inició el proceso de carnetización para los diferentes agentes que participan en la cosecha y producción de café salvadoreño.
Sin embargo, los diputados han subestimado y dejado en segundo plano las necesidades urgentes de los viveristas y de los productores de café, a pesar de que ya quedan pocos días para llevarles alivio.
Según el Consejo Salvadoreño del Café (CSC), hay 24,185 productores de café registrados; de ellos, el 95 % están inscritos como personas naturales. Junto a ellos están los viveristas, beneficiadores, torrefactores y los exportadores.
De acuerdo a la misma fuente, hay 201,075 manzanas sembradas con café y casi las tres cuartas partes son pequeñas propiedades (menos de cinco manzanas).
En el caso de los viveristas, han cosechado más de 10 millones de arbolitos para apoyar la renovación del cultivo este año. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) llegó a un acuerdo para adquirir estos productos y distribuirlos entre los productores. Para hacerlo, es necesario que los diputados voten a favor de crear el presupuesto extraordinario de US$40 millones para el MAG. Con esos recursos, se adquirirán los cafetos y también se promoverán tratamientos contra la roya, entre otras actividades de beneficio al sector agropecuario.
Sin embargo, desde hace dos semanas, los legisladores de ARENA, FMLN y el diputado Rodolfo Párker dan largas al asunto y retrasan la votación.
En este contexto, el Presidente Nayib Bukele lamentó que las necesidades de los viveristas sea un tema secundario en la Asamblea Legislativa: “Han hecho un trabajo que hay que reconcérselo”, sostuvo el mandatario.
Si bien hay disponibilidad de fondos, “ahí está secuestrado por los diputados, depositado en las cuentas del Banco Central de Reserva”, ilustró el Presidente Bukele.
El presupuesto extraordinario para la actividad agrícola incluye financiamiento en condiciones favorables, distribución del subsidio agrícola e investigación. Se ejecutará hasta 2021 y forma parte del préstamo de US$250 millones que concedió el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a El Salvador.