Netflix sigue demostrando que su único objetivo no es entretener: una de sus series motivó a que el FBI reabriera un crimen sin resolver que se registró hace 16 años.
Se trata de la muerte del joven afrodescendiente Alonzo Brooks, cuyo cuerpo fue encontrado cerca de un arroyo un mes después de asistir a una fiesta donde habría recibido ataques verbales por su raza.
La muerte de Brooks se reportó en 2004 en Kansas, Estados Unidos, pero su caso no había cobrado tanta fuerza como ahora luego de que Netflix incluyera esta historia en su serie Unsolved Mysteries. De acuerdo con el portal GQ desde que este episodio fue emitido las autoridades estadounidenses han recibido un alto número de llamadas de personas que piden que el caso sea resuelto.
Tanto ha sido el interés del público porque este caso se resuelva, que medios locales han reportado que el cuerpo de Brooks acaba de ser exhumado para nuevas investigaciones.
La Policía está investigando este caso bajo la sospecha de un presunto crimen de odio racial, incluso ofrecen una recompensa de 100.000 dólares a quien tenga información sobre su muerte.
Brooks tenía 23 años al momento de su muerte. La autopsia que se le practicó en aquel entonces no arrojó ningún dato sobre su fallecimiento, por lo que las autoridades desestimaron el caso.
Fuente: NTN24