El 19 de enero de 2001, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue noticia internacional por segunda vez en su vida, se convirtió en el primer reo mexicano.
En fugarse del inviolable sistema de prisiones de máxima seguridad en México, Entonces, Guzmán Loera estaba preso en el Centro Federal de Readaptación Social de Puente Grande, en el estado de Jalisco, donde protagonizó uno de sus dos primeros escapes catalogados como «de película”: con la ayuda del encargado de la lavandería de la prisión, se escondió en un carrito cubierto de ropa sucia.
El Chapo no sólo tenía a todos los organismos de seguridad e inteligencia en su búsqueda sino que también estaba en la ruina, ya que sus costosas fiestas que organizaba en la prisión era producto de la ayuda económica que recibía de sus entonces aliados, los hermanos Beltrán Leyva.
Sin dinero y con sus enemigos buscándolo para ajustar cuentas, Ismael “El Mayo” Zambada decidió hacer un trato con él, lo que fue la primera piedra del imperio criminal que logró construir durante dos décadas.
En enero de 2019, Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, hijo del Mayo narró durante el juicio que se le siguió a Guzmán Loera en Estados Unidos que fue su padre el que lo rescató de la ruina al ofrecerle el 50% de cada kilo de cocaína que recibía de Sudamérica para que la traficara a Estados Unidos y pudiera enderezar sus finanzas.
Para Guzmán Loera ese apoyo fue importante ya que si hay algo a lo que tenía miedo durante sus días en prisión era volver a ser pobre, según narró Zulema Hernández, quien fuera su amante en ese tiempo.
A partir de ese momento, aunque eran parte de la misma organización, acordaron que serían socios, una alianza a partir de la cual el cártel de Sinaloa se convirtió en una organización trasnacional que llegó hasta zonas impensadas como África.
“El Vicentillo” era entonces coordinador logístico de la organización para importar a México droga procedente de Centroamérica, así como Sudamérica y luego trasladarla a Estados Unidos.
La contribución del Mayo ayudó a que Guzmán Loera debutara en la lista de los multimillonarios de Forbes en el año 2009, en la posición 701, con una fortuna valuada USD 1,000 millones. Permaneció en el listado al menos hasta 2012, donde fue descendiendo hasta caer 452 lugares y llegar al 1,153.
Sin embargo, durante el juicio que se le siguió en Estados Unidos, la defensa de Guzmán Loera argumentó que el verdadero cabecilla del cártel de Sinaloa era El Mayo Zambada, y que “El Chapo” era sólo un empleado.
“El Mayo es hace décadas el mayor narcotraficante de México y nunca ha sido arrestado”, dijo el abogado Jeffrey Lichtman al jurado en la corte federal de Brooklyn.
“Ismael ‘’Mayo’ Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa es la verdadera pieza que falta en este lugar», destacó.
“Tiene 70 años y nunca pasó un día en la cárcel, toma sol en las montañas y está libre como un pájaro», indicó Lichtman.
Esta versión también ha sido respaldada por la periodista mexicana Anabel Hernández, autora del libro “Los señores del narco” (2010), y quien recientemente publicó “El Traidor” (2019) en que relata la historia en prisión del Vicentillo.
“Aquí el punto y en eso gira mi nueva investigación y el nuevo libro que voy a publicar, es que ¿realmente ‘El Mayo’ Zambada y el ‘Chapo’ Guzmán eran los dos líderes del cartel o la realidad es que ‘El Mayo’ Zambada siempre ha sido el jefe supremo?”, dijo Hernández en una entrevista en Australia.
Hernández aseguró que siempre hubo una “guerra silenciosa” para tomar las riendas del cártel y que tras la recaptura de “El Chapo” en 2014 hubo una pugna interna entre los hijos de Guzmán y Dámaso López Núñez, hombre de confianza de Guzmán, hasta que éste fue detenido en 2017.
“Después de que toda el ala de poder de ‘El Chapo’ comenzara a diluirse en el cártel, es cuando ‘El Mayo’ Zambada toma el control total”, precisó.
A diferencia de “El Chapo”, quien acaparaba la atención de los medios, “El Mayo” tiene un perfil bajo y desde que inició su dedicación al narcotráfico hace 50 años nunca ha pisado la cárcel.
En los últimos meses corrieron versiones sobre que debido a su avanzada edad, padecía diabetes, lo que ha hecho que se despierten suspicacias sobre cuál sería el futuro del cártel sin Zambada, ya que los hijos de Guzmán Loera no tienen el apoyo de los 10 grupos que hacer fuerte a la organización criminal.