Manifestantes identificados como activistas del movimiento Black Lives Matter prendieron fuego a una estación de Policía en la ciudad estadounidense de Portland, estado de Oregón, durante las violentas protestas que sacudieron esa localidad el domingo por la noche. Se reportó que la mayoría de la multitud, estimada en más de 200 personas, llevaba ropa completamente negra, armaduras, cascos, máscaras antigás y escudos.
Durante los disturbios, los activistas intentaron incendiar el edificio sin reparar en las personas que trabajaban en el interior. Cuando las llamas alcanzaron los toldos de la estructura y los oficiales intentaron apagar el fuego con un extintor desde el tejado, varias personas les arrojaron piedras y uno de los agentes fue golpeado con un trozo de cerámica, por lo que sufrió cortes en una mano. Además, al menos un globo lleno de heces, junto con bombas de pintura, fueron arrojados a los policías que se encontraban encima del edificio.
En medio de la protesta, que fue calificada por la Policía de Portland como «un motín», los participantes además quemaron un contenedor de basura, tiraron petardos, lanzaron trozos de cerámica, piedras y botellas de vidrio en dirección a los oficiales que intentaban controlar los disturbios y los apuntaron a los ojos con láseres verdes. Mientras tanto, varios vehículos policiales fueron alcanzados con botellas, bombas de pintura, piedras y pesados tornillos de metal.
Finalmente, la Policía usó gas lacrimógeno para dispersar a la multitud y realizó un total de 23 arrestos. Se trata de la 88a noche consecutiva de protestas provocadas por la muerte de George Floyd, el afroamericano que en mayo pasado murió a manos de Policía en Mineápolis.
