Los restos fueron exhumados en una zona montañosa de difícil acceso. Se cree que estas personas podrían haber sido sometidas y asesinadas en violentos rituales.
El Ministerio Público de Panamá informó este lunes del hallazgo de una fosa común clandestina en una zona boscosa de la comarca indígena Ngäbe Buglé, al noroeste del país, en la que se encontraron restos óseos humanos.
Luego de llevar a cabo tareas de exhumación de los cuerpos, el fiscal del distrito Ñürüm, Azael Tugrí, señaló que aún no se ha podido determinar la identidad, la cantidad, ni el sexo de los fallecidos, que serán establecidos mediante estudios forenses.
Las autoridades sospechan que la fosa pudo haber sido utilizada por una secta religiosa que opera en la zona, en un sitio montañoso de difícil acceso, atravesado por ríos. Los funcionarios del Ministerio Público se trasladaron durante diez horas a pie para llegar al lugar.
La semana pasada, la Policía detuvo al supuesto líder de una secta religiosa, autodenominada ‘La Nueva Luz de Dios’. Se trata de un joven de 17 años acusado de abusos físicos y sexuales contra media docena de personas, tres de ellas menores de edad.
La organización fue desmantelada el pasado 15 de agosto. Hasta el momento, se ha logrado la detención de cinco de sus miembros, y el rescate de tres niños que tenían cautivos, de tres meses, 10 y 14 años de edad.
Anteriormente, en enero de este mismo año, fueron ubicados siete cadáveres, la mayoría infantes, en otra fosa común en la comunidad de Alto Terrón, en una zona remota de la misma comarca Ngäbe Buglé.
Las fuerzas especiales de la Policía panameña pudieron rescatar a otras 15 personas que dijeron haber sido secuestradas y sometidas por los miembros de la secta, mediante extraños rituales de ‘exorcismo’, que incluían ataques con machetes, palos y biblias, además del sacrificio de animales.