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Canelo, el perro «aguacatero» que fue adoptado por los diputados

Este perro llegó al edificio legislativo días después de la Semana Santa del año anterior. Su aparición más viral fue cuando se paseó por la alfombra roja antes que lo hicieran los presidentes del Legislativo, Ejecutivo y Judicial en el Día de la Constitución.

A Canelo lo conocen todos en la Asamblea Legislativa. Es un perro que saltó a la fama en las redes sociales el 20 de diciembre de 2016, cuando se celebró el Día de la Constitución, en esa ocasión se paseó por la alfombra roja, la misma donde minutos más tarde desfilaron los jefes de los tres poderes de Estado.

También fue captado en otra ocasión por los ascensores de uso exclusivo de los diputados. En el pleno, muchos se han encariñado con él porque lo describen como «manso» y «porque cuida».

En buen salvadoreño, se trata de un perro «aguacatero» que se ha convertido en una especie de mascota para empleados, periodistas y diputados.

Este animal de aproximadamente 4 años logró colarse en el edificio legislativo, aunque nunca ha ingresado en el Salón Azul ni ha transgredido las zonas exclusivas de diputados. Sus áreas favoritas de estar son las puertas principales de acceso y es común verlo descansar en las zonas de parqueo.

Canelo llegó al edificio legislativo días después de Semana Santa de 2016, varios empleados dicen que estaba golpeado porque no podía pararse, otros dicen que estaba tan desnutrido que no podía ni caminar.

“Vino casi muriéndose y nosotros le dimos comida y se repuso rápido, luego la diputada (Mercedes) Larrave le tomó cariño y se ha encargado de comprarle su comida. Ella le trae las bolsas de 25 libras de Purina”, contó uno de los motoristas.

Los vigilantes y motoristas siempre están pendientes de que tenga comida para avisarle a su proveedora.

Al ver que el perrito se hizo parte de la familia legislativa, otra empleada aportó para la compra de una casita de madera. “Ella me preguntó dónde dormía y yo le dije que nosotros le poníamos trapos viejos y que cuando llovía se resguardaba en la galera, entonces me dio para que le comprara una casa. Yo fui a la 25 avenida norte a comprarle y puse la diferencia para traerle su casita”, agregó un vigilante.

Otro empleado le llevó un collar, pero cuando el animal comenzó a alimentarse con concentrado engordó y el artículo no le quedó, por lo que la diputada Larrave le llevó uno más grande.

Otra persona se encargó además de desparasitarlo.

Cuando se pasea por el cafetín del recinto le dan huesos de pollo, pedazos de carne. Es más, todos saben que a Canelo no le gusta la tortilla.

Muchos empleados contribuyen para Canelo, es como la mascota de la Asamblea.

Lo quisieron sacar

No todo fue fácil para Canelo, al principio el jefe de Seguridad de la Asamblea lo quiso sacar y giró una orden para que no ingresara al recinto. Pero este perro tiene fuero, a él lo protegen todos y algunos diputados le dijeron a los empleados de seguridad que ellos se harían cargo de él, por esa razón la orden quedó sin efecto y Canelo sigue paseándose como si estuviera en su casa.

El animal es muy inteligente, nunca  ha ingresado al Salón Azul en días de plenaria y jamás ha mordido a nadie.

Por las noches, los vigilantes también tienen una alerta porque él cuida a quien no sea parte del recinto y ahuyenta a todo aquel que intenta transgredir fuera de horas laborales.

Muchos dicen que lo ven varias cuadras lejos de la Asamblea, porque a él le gusta pasar parte de su tiempo merodeando el Centro de Gobierno, pero siempre regresa. “Cuando anda de novio se pierde, este muchacho ya debió pegar varios chuchitos por ahí”, dijo un empleado.

Todo indica que este perro aguacatero pasará lo que le resta de vida en este espacio gubernamental. Ya lo siente su casa.

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