El mundo está tirando millones de dólares en energía renovable por el excusado.
Según un informe de las Naciones Unidas, hay una mina de oro en los desechos humanos, ya que son una potencial fuente de energía que podría iluminar más de 138 millones de hogares en Indonesia, Brasil y Ethiopia.
“El biogas obtenido a partir de desechos humanos de una manera segura, bajo circunstancias controladas y utilizando tecnologías innovadoras, es una potencial fuente de energía”, dice un informe de la ONU llamado “Valorando los desechos humanos como un recurso de energía”.
El informe publicado por la ONU y el Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud, estimó que el biogas que se obtendría de los desechos humanos en todo el mundo tendría un valor de más de 9.500 millones de dólares.
Saneamiento y más salud
Por otro lado, los residuos secos y carbonizados podrían producir unos 2 millones de toneladas de combustible que funcionarían como carbón, lo que podría frenar la destrucción de los árboles.
El documento también evidencia que el manejo universal de esos desechos podrían traer beneficios para la salud y medio ambiente en todo el mundo.
“En vez de tratar nuestros residuos de manera controlada, podemos utilizarlos en varias circunstancias para tener financiamiento innovador y sostenible para el desarrollo, mientras protegemos la salud y mejoramos nuestro medio ambiente en el proceso”, dice el reporte de la ONU.
El biogas, que tiene aproximadamente 60% de volumen de metano, es generado por la descomposición bacteriana o materia fecal, y por otras materias orgánicas, en los sistemas anaerobicos.
La ONU estima que 2.400 millones de personas no tienen acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento y casi 1.000 millones de personas (60% de ellas de la India) no usan sanitarios, por lo que defecan en lugares abiertos.
Bill Gates y su ‘Omni Processor’
A principios de este año, Bill Gates publicó un video de él bebiendo agua que fue hecha a partir de heces humanas.
El agua fue procesada por una máquina conocida como “Omni Processor”, que recoge los desechos humanos y los convierte en subproductos seguros y reutilizables: agua, electricidad y ceniza. La máquina fue probada en Dakar, donde un tercio de su población no tiene acceso al sistema de alcantarillado de la ciudad.